5 Mitos sobre el Deporte
Alrededor del deporte se ha creado toda una inventiva que forma parte del ideario colectivo y que ha ido pasando de generación en generación dando forma y cabida a falsos mitos que pueden llegar a ser incluso perjudiciales para la salud. ¿Hacer deporte en la adolescencia disminuye el crecimiento?, ¿el agua provoca flato?, ¿se debe tomar azúcar para prevenir la aparición de las agujetas?. Toma nota de todo lo que hasta ahora pensabas que era verdad y en la actualidad se ha comprobado que es sólo ciencia ficción.

Realizar entrenamiento de fuerza provoca la detención del crecimiento
Falso. De hecho, la práctica deportiva a edades tempranas tiene muchísimas ventajas, no sólo a nivel físico sino también a nivel social, mejorando la empatía y la capacidad de trabajo en equipo. No existe ninguna evidencia que haya demostrado que realizar hipertrofia desde la adolescencia impida el crecimiento normal de los músculos y los huesos de los jóvenes. El deporte siempre va unido a una vida saludable. Además, el entrenamiento de fuerza no sólo puede hacerse con pesas. El peso corporal y la calistenia, por ejemplo, se han convertido en los últimos años en más que en un deporte, en todo un estilo de vida entre los más jóvenes.
Las agujetas se evitan tomando agua con azúcar después del entrenamiento
Falso. Siempre se ha creído que el azúcar al ingerirse después de un entrenamiento duro o nuevo, eliminaría los cristales de ácido-láctico producidos por la falta de oxigenación del músculo. La realidad es totalmente diferente y cada vez más son los especialistas los que huyen de esta idea advirtiendo que las agujetas son pequeñas lesiones musculares provocadas por el exceso de trabajo. Su nombre médico es mialgia diferida o dolor muscular de aparición tardía. Trotar o realizar ejercicio moderado facilita su desaparición.
Cuanto más se suda, más peso se pierde
Falso. Hace años llegaron a venderse trajes que parecían sacados de una película del espacio y que permitían la sudoración en exceso mientras se realizaba ejercicio. Además de ser incómodos y bastante poco estéticos, lo único que se conseguía era perder agua rápidamente e incluso llegar a deshidratar siendo una práctica además de inútil, peligrosa.
El sudor regula la temperatura de nuestro cuerpo por lo que, dependiendo del esfuerzo, el clima o la humedad se sudará más o menos. No todo el mundo suda igual ante el mismo tipo de ejercicio.
Además, todos los líquidos que se pierden deben reponerse después de entrenar para no sufrir deshidratación. Por cierto, las saunas tampoco son eficaces a la hora de perder peso.
El flato aparece cuando se bebe agua antes de entrenar
Falso. Al flato se le conoce en términos médicos como dolor abdominal transitorio (DAT). Esta repentina molestia aguda suele sentirse en la parte inferior derecha del abdomen, justo debajo de las costillas.
Algunas de las causas por las que se produce esta dolencia son exceso de flatulencia en el intestino, la falta de riego sanguíneo en el diafragma o el roce de los ligamentos que unen el diafragma con el estómago.
Una buena forma de prevenir su aparición, de hecho, es una buena hidratación bebiendo agua en las 12 horas antes de hacer ejercicio. También ayuda llevar una buena alimentación, evitar bebidas con gas o con altas concentraciones de ácidos, azúcares o sodio, así como las comidas copiosas o altas en proteína.
Al dejar de entrenar el musculo se convierte en grasa
Falso. El músculo es músculo y la grasa es grasa. Son dos tipos de tejido diferentes que pueden reducir y aumentar de tamaño, pero jamás mutar en otro tejido. Lo que ocurre es que al dejar de realizar deporte se pierde masa muscular, es decir volumen y se gana masa grasa si se sigue comiendo lo mismo o más..
Esto es debido a que no hay una demanda regular (provocada por el entrenamiento) de un gran tamaño muscular, y por ello éste disminuye lentamente. Por el contrario, la grasa va ocupando terreno en el cuerpo.
Debemos tener en cuenta que cuando se reduce el entrenamiento es necesario reducir también el consumo de alimentos para mantener el peso adecuado.